TIEMPO PARA VIVIR

miércoles, 3 de agosto de 2016

GERMAN TERRÓN







He roto esa barrera de silencio

clavada en mi garganta,
que parecía una barca hundida
en mi costado.
Que parecía un muro,
justo entre el corazón y mi boca,
entre la alegría de mis versos
y mis miedos.

Porque no puede morir nunca la luna,
ni las estrellas, que un día sobre un árbol,
como flores azules,
de mi pecho tan joven nacieron.
Porque hasta los versos más tristes
tienen que ver la luz para curar el llanto,
para refugiarnos en los besos
y despertar al mundo.
Porque cada palabra que escribo,
desea ser acariciada
por los ojos celestes de la ternura.
Por eso esta noche he roto el silencio,
grito fuerte y canto.
Porque me crecen alas,
porque tengo cerca al mar y tu boca,
tengo cerca tus manos
y con todo eso,
amor mío
… ya puedo cantar y volar.